Recorrer las entrañas de la selva amazónica
puede significar una travesía incomparable a cualquier otra experiencia vivida.
Diversas especies vegetales, una multiplicidad de especies animales y exóticas culturas, entre las
que se encuentran descendientes de Jíbaros y Shuar; pueblan misteriosamente
esta enigmática geografía a la que muchos
llaman el pulmón del planeta.
Viajar a la selva amazónica es internarse en la
mayor reserva ecológica del planeta, es percibir a la madre naturaleza en todo su
esplendor y disfrutar sin límites de las innumerables especies animales y
vegetales que conviven en una misma geografía, convirtiendo al lugar en un
paraíso de magia y misterio. Estar en el Amazonas
es tener la oportunidad de conocer un río cuya
anchura a veces lo hace parecer un mar, de adentrarse por las quebradas y
escuchar el sonido de la selva y admirar los famosos delfines rosados que acompañan las embarcaciones fluviales. Es, en fin, dejarse subrayar por un mundo
que, sin conocerlo, resulta muy difícil de imaginar.
Esta enigmática geografía que comprende varios países de Sudamérica y que es considerada
el "pulmón del mundo", está marcada por el paso del río Amazonas, el
más enigmático y caudaloso que se conozca sobre la faz de la tierra. Sin mucho
esfuerzo, en el pulmón del planeta, es posible apreciar diversas especies de
aves, guacamayos, tucanes, pirañas, caimanes, anacondas y enormes sapos, entre otros exóticos ejemplares.
También es posible avizorar diminutas
orquídeas, flores exóticas, heliconias y lianas gigantescas
que no solamente alegran la vista, sino que
además combinan majestuosamente el espectáculo increíble de
una naturaleza viva.
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